Preocupaciones de nuestra era, todos salieron del chat, apuntes para el fin de la pandemia.
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Preocuparse por el medio ambiente es una labor que hoy nos ocupa a tiempo completo. |
Pero, al ir adquiriendo conciencia de cuán urgente es la situación, también mermamos nuestra salud psíquica. De esta "ecoansiedad" se ocupa la ecopsicología, una disciplina que solía ser considerada como marginal e incluso "esotérica", pero que ahora está en auge. |
Thomas J. Doherty, un psicólogo de Portland especializado en clima, lleva años estudiando los efectos fisiológicos de la ansiedad, y explorando la idea de que incluso las personas que no han sido afectadas directamente por los desastres medioambientales pueden verse afectadas íntimamente por la degradación ecológica. |
Un estudio realizado en diez países con la participación de 10.000 jóvenes de entre 16 y 25 años que se publicó el mes pasado en The Lancet encontró niveles de pesimismo muy inquietantes. Más de la mitad de los participantes dijeron que "el futuro asusta" y que "la humanidad está condenada". |
Doherty, que ha empezado a tener más pacientes cada vez más abrumados por la "ecoansiedad", intenta tranquilizar la culpa que sienten por sus hábitos de consumo y los entrena para invocar la calma. "En el futuro, incluso en los peores escenarios, habrá días buenos", comenta que le dijo a una de sus pacientes. "Habrá catástrofes en determinados lugares. Pero, en todo el mundo, habrá días buenos. Tus hijos también tendrán días buenos". |
 | | Karsten Moran para The New York Times |
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Si en vez de preocuparte quieres ocuparte en algo, por pequeño que sea, recomiendo hoy la historia de Bill y Lynn Jacobs, una pareja de ambientalistas católicos que decidieron enfrentar el cambio climático de manera radical en el jardín de su casa y crearon una red mundial de hábitats para recuperar la vida silvestre. Tal vez te sirvan de inspiración. |
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Antes de que te vayas, observa esta postal: |
Cerrado hasta nuevo aviso |
 | | La mariposa Speyeria del Golfo en el Centro Nacional de Mariposas. Los teóricos de la conspiración han difundido la falsedad de que el refugio es un centro de tráfico de personas y trata sexual .Ilana Panich-Linsman para The New York Times |
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El Centro Nacional de las Mariposas, un refugio para la vida salvaje en Mission, Texas, muy cerca de la frontera con México, ha tenido que cerrar sus puertas debido a una extraña situación: recientemente se convirtió en protagonista de una teoría conspirativa de ultraderecha que afirma que el santuario es escenario de tráfico humano y sexual así como de abuso infantil. Las mentiras se han propagado tanto en línea que su directora empezó a portar un arma luego de que varias personas llegaron al lugar causando altercados violentos. |
 | | Erik Carter |
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El artículo incluye algunas observaciones provocadoras pero, a juzgar por las alertas que inundan cada día mi Whatsapp, todavía estamos lejos de salir de la conversación. Te invito a leer la nota y a compartirnos tu experiencia en los comentarios. |
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